jueves, 22 de marzo de 2012

Volviendo


Se encontraba aburrido en el mismo lugar de siempre, desayunando lo mismo de siempre, sin interés alguno en escuchar las quejas de la señora obesa y rubia que se encontraba en la mesa de enfrente platicando con su marido, o amenos eso debía ser si podía soportar tanto griterío.
Cansado, decidió ponerse de pie y dirigirse a pagar su cuenta, de pronto sintió una presencia, de esas que no es fácil ignorar, sintió la urgencia de voltear hacia la puerta, entonces la vio. Sus ojos brillantes y castaños reflejaban tanta alegría, felicidad, todo lo bueno que alguien pueda sentir, sus hermosos hermosos ojos, su cabello largo y ondulado un castaño mas claro que el de sus hermosos ojos, adornado con un listón azul, lucia preciosa, su piel tan blanca como la de las muñecas de porcelana, vestía un vestido azul el cual justificaba el listón en su cabeza, su vestido de tirantes llegaba hasta un poco arriba de su rodilla, tenia un exquisito vuelo que la hacia lucir una figura hermosa, el pensó que solo faltaban unas alas para que pareciera un ángel por completo.

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